Alzheimer: estas 5 señales que deben alertarte


Primera causa de demencia y fuerte dependencia en los ancianos, la enfermedad de Alzheimer es una patología responsable de trastornos cognitivos progresivos. Si bien, por el momento, no existe un tratamiento curativo para curar esta condición neurodegenerativa, es posible ralentizar su desarrollo. Por eso es fundamental detectar rápidamente los primeros síntomas.

problemas de memoria

Hay varias señales de advertencia de la enfermedad de Alzheimer que pueden alertar al paciente y a quienes lo rodean. Entre ellos, problemas de memoria. No recordar una cita, un lugar donde pusiste un objeto, o un número de teléfono, le puede pasar a todo el mundo. Pero cuando estos descuidos se relacionan con eventos recientes, se repiten y afectan la vida cotidiana, puede que no sea tan trivial.

Deterioro de las funciones ejecutivas

Los pacientes también reportan dificultad para realizar tareas que requieren atención y concentración, como seguir una receta, encargarse de trámites administrativos, organizar un viaje o una comida, subraya la Alzheimer Research Foundation. Tardan mucho más que antes en hacer ciertas cosas y se distraen más fácilmente.

trastornos del lenguaje

Desde las primeras etapas de la enfermedad, que afecta a cerca de 900.000 personas en Francia, el paciente también puede tener dificultades para expresarse. Tiende a buscar sus palabras y compensar esta dificultad usando «palabras de maleta», como «cosa», «cosa» o «cosa», pero también a sustituir una palabra por otra, lo que hace que sus comentarios sean incomprensibles.

apraxia

Otra señal de advertencia: la apraxia, un trastorno que resulta en la incapacidad para realizar movimientos intencionales y adquiridos. Las personas con esta condición ya no pueden realizar determinadas acciones que requieren cierta coordinación y destreza, como escribir, realizar tareas domésticas o utilizar electrodomésticos.

trastornos emocionales y afectivos

También pueden ocurrir cambios de humor. Es posible que el sujeto esté especialmente impaciente, irritable, ansioso, se enfade o pronuncie insultos, y ello sin motivo aparente. Por el contrario, de repente puede parecer excesivamente jovial, riéndose y con un sentido del humor infantil.

La indiferencia (ya no le importa la vida de sus seres queridos, por ejemplo), y la pérdida de motivación (se sienta durante horas sin hacer nada), también son señales que no se deben pasar por alto.



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