Amazon está trabajando en conjunto con los mineros de diamantes De Beers para desarrollar la piedra preciosa en condiciones de laboratorio para mejorar las velocidades de la computación cuántica y las redes.
El proyecto será supervisado por el Center for Quantum Networking del gigante tecnológico, parte de su servicio en la nube AWS. Por su parte, la división Element Six de De Beers ‘cultivará’ los diamantes con la esperanza de mejorar las velocidades y la confiabilidad de las redes cuánticas.
La computación cuántica se considera la próxima frontera en la tecnología informática, ya que ofrece una forma completamente nueva de computación que ya no depende de los sistemas binarios que sustentan toda nuestra tecnología digital actual. Y la infraestructura de fibra óptica estándar no es lo suficientemente rápida para seguir el ritmo, por lo que Amazon espera resolver el problema utilizando las cualidades de la sustancia tan venerada.
El mejor amigo de una red.
La computación cuántica se basa en el principio de la física cuántica de que las partículas subatómicas pueden estar en dos lugares a la vez. Con esto en mente, las computadoras cuánticas funcionan en qubits en lugar de bits, es decir, en lugar de que una pieza de información se represente como un uno o un cero, pueden ser ambas cosas al mismo tiempo.
Esto significa que, en teoría, los sistemas cuánticos podrían ser enormemente más poderosos que incluso nuestras mejores supercomputadoras actuales.
Con las redes cuánticas, varios centros de datos en todo el mundo, como los que se utilizan para el almacenamiento en la nube o el alojamiento en la nube, podrían comunicarse y transferir datos entre sí a mayor velocidad y también con mejor seguridad.
Los diamantes se utilizarán para hacer repetidores de señal para transmitir la información almacenada en qubits a través de redes. Element Six utilizará un proceso llamado disposición de vapor químico (CVS) para producir deliberadamente diamantes con las impurezas que se forman a su alrededor. Son estas impurezas las que luego se recolectan y utilizan en la fabricación de los repetidores.
Debido a su dureza, permiten una transmisión más estable que los repetidores tradicionales, que no son lo suficientemente estables dada la sensibilidad de los sistemas cuánticos a las perturbaciones e interferencias.
Sin embargo, es esta sensibilidad la que realmente hace que las redes cuánticas sean más seguras, al menos en teoría. El mero hecho de observar los fotones que transportan los datos en los cables de fibra óptica a través de la red altera su estado, lo que significa que un operador de red puede saber instantáneamente por la interferencia que han sido violados.
Element Six producirá 2 millones de estos componentes de diamante al año. Si tiene éxito, el proyecto podría representar un gran avance para las redes cuánticas, que se está retrasando debido a la insuficiencia de la tecnología actual de repetidores.