El gobierno está tratando de estabilizar el tambaleante mercado inmobiliario con recortes de tasas de interés y paquetes de rescate. Las posibilidades de éxito son modestas, por lo que la crisis probablemente tendrá un impacto indirecto en la economía global.
La crisis inmobiliaria de China se está extendiendo. Un año después de que el desarrollador Evergrande de Guangzhou, en el sur de China, que debe alrededor de 300.000 millones de dólares, entrara en graves turbulencias y ya no pudiera pagar sus bonos, las empresas anteriormente sanas ahora tienen grandes problemas.