Bruce Timm amó a los superhéroes desde el principio. También le gustaba dibujar, pero no estaba seguro de si alguna vez sería lo suficientemente bueno como para hacerlo como dibujante de cómics. Según una entrevista con Comicology, renunció a su «trabajo de 9 a 5 en K-Mart» para trabajar en los cercanos Filmation Studios. Allí hizo diseños para «Blackstar» (en sus propias palabras, una «imitación de Conan de tercera categoría») y, finalmente, «He-Man: Masters of the Universe». En el proceso, conoció a Russ Heath, un caballo de batalla profesional de cómics cuyos diseños, lamentablemente, eran demasiado complejos para la animación. Timm respetó la artesanía de Heath, pero buscó un estilo más suelto que fuera más fácil de animar. Ganó más experiencia y confianza dibujando intermedios para «Secret of NIMH» de Don Bluth.
Timm llegó a Warner Bros justo a tiempo para «Tiny Toons Adventures». El productor Tom Ruegger esperaba «hacer Looney Tunes para los años 90», según Los Angeles Times. «Tiny Toons Adventures» y su sucesora «Animaniacs» abrieron nuevos caminos para la animación televisiva estadounidense, tal como lo había hecho «DuckTales» de Disney en 1987. Mientras tanto, el éxito de la película «Batman» de Tim Burton llevó al presidente de Warner Bros. Animation, Jean MacCurdy, para sugerir una serie animada de «Batman». Timm, que deseaba hincarle el diente a algo más sustancioso que «Tiny Toons», se sintió inmediatamente intrigado. Unió fuerzas con un equipo compuesto por veteranos de «Tiny Toons» y incondicionales de la animación, incluidos Paul Dini y Alan Burnett, entre otros. Estaban unidos por su amor compartido por los cómics de superhéroes y la ambición de expandir la paleta estética y dramática de la animación televisiva. El resto es historia.