En una entrevista con Watanabe y Shin Sasaki, el director gerente de Studio Sunrise, este último explicó que el anime como género estaba ganando una popularidad constante cuando se concibió «Cowboy Bebop». Sunrise experimentó un gran éxito con su serie de anime insignia, «Mobile Suit Gundam», que inició toda una industria de maquetas de plástico conocida como Gunpla, que sigue siendo popular en la actualidad. Aunque «Cowboy Bebop» inicialmente estaba destinado únicamente al público japonés, Sasaki afirma que el estudio reconoció de inmediato el atractivo mundial del anime debido a la apasionante construcción del mundo de Watanabe:
“La industria de la animación japonesa estaba en un punto alto en ese momento, y Sunrise aún más con el éxito de IP emblemáticas como ‘Gundam’. Es por eso que estábamos en una posición que nos otorgaba cierto margen para experimentar con nuevos conceptos. ‘Cowboy Bebop’ fue un intento de crear un mundo nuevo y traer algo nuevo a la audiencia. Cuando vimos el mundo creado por el personal, supimos tendría un gran éxito en el extranjero».
La razón por la que «Mobile Suit Gundam» resonó entre el público se puede atribuir a los diseños de robots realistas pero geniales de la serie, cuya tecnología se presentó como científicamente precisa y factible en la práctica. Aparte de esto, la serie pinta una imagen cruda y matizada de la guerra mientras presenta personajes que están humanizados de principio a fin, en lugar de ser puestos en un pedestal y elogiados como héroes.
«Cowboy Bebop» adopta un enfoque similar cuando se trata de la construcción del mundo y los personajes. Aunque ambientado en un mundo distópico, los problemas que aquejan a los protagonistas son innatamente humanos y no participan de las características tradicionales asociadas con el heroísmo. Aparte de esto, la estética del mundo, plagada de naves espaciales destartaladas, planetas futuristas y tropos socioculturales realistas, hizo que «Cowboy Bebop» fuera amado y especial.