En Guyana, el breve viaje de Emmanuel Macron ante una población desilusionada


¿La llegada del Presidente de la República? Los guyaneses no le dieron mucha importancia. Quienes amenazaron con expresar su enfado no fueron seguidos, y los indiferentes marcaron el tono de una visita sin fervor ni mensaje contundente.

Emmanuel Macron pasó treinta y seis horas en el departamento francés de ultramar, el lunes 25 y el martes 26 de marzo, antes de viajar a Brasil hasta el día 29. Demasiado corto para algunos, inútil para otros, el viaje fue calificado de “viaje “lleno de gasolina”” – una escala necesaria. Un oyente del canal Guyane La 1ère lo ilustra con humor: “Vino a comer su caldo de awara”el plato tradicional cocinado a fuego lento de los criollos guyaneses que reúne a las familias en Semana Santa.

En octubre de 2017, el recién elegido jefe de Estado llegó tras un movimiento social de escala sin precedentes en este territorio amazónico en la primavera. Había respaldado el “Plan de emergencia de Guyana”, adoptado al final del mandato de François Hollande. Según un informe muy reciente del Tribunal de Cuentas, el Estado ha cumplido sus compromisos financieros (1,250 millones de euros en infraestructuras). Pero Emmanuel Macron, entonces, también dejó caer una pequeña frase que aquí nadie ha olvidado: “No soy Papá Noel. »

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Siete años después, le queda el desafío de convencer de que el Estado está obteniendo resultados en sus territorios de ultramar y que apoyará su desarrollo adaptando las normas nacionales consideradas absurdas por la población. “Se han cumplido todos los compromisos de 2017”, aseguró durante una entrevista con el canal Guyane La 1ère, transmitida el martes. El Elíseo, sin embargo, subrayó en vísperas de la partida: “Es colectivamente, con una responsabilidad compartida, que trabajaremos a largo plazo. » Una forma de hacer que las comunidades vuelvan a sus carencias.

“Hay que consolidar los resultados”, coincidió Emmanuel Macron sobre el tema del lavado de oro ilegal. En general, las expectativas, al igual que las necesidades, siguen siendo inmensas en Guyana, donde la decepción llevó al 60,8% de los votantes a votar por Marine Le Pen en las elecciones presidenciales de 2022. En noviembre de 2023, la misión de la Asamblea Nacional sobre la planificación territorial de Guyana también había adoptó con gran consenso un informe en el que se pedía “una ley de programación” completo.

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El departamento se enfrenta a enormes problemas de desarrollo no resueltos, desde la pobreza extrema (afecta al 53% de la población) hasta el saqueo de sus recursos desafiando la soberanía francesa. El aislamiento amenaza a municipios del oeste del territorio como Maripasoula, de 25.000 habitantes. Hace décadas que se solicita una carretera. Sólo se ha validado la financiación de un tramo de 32 kilómetros (por 29 millones de euros) entre esta ciudad y Papaichton, pero el Jefe de Estado se comprometió a financiar los 150 kilómetros restantes hasta Apatou, más al norte.

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