Engie quiere que Bélgica pague por ampliar dos de sus centrales nucleares


El anuncio, en marzo, de una extensión hasta 2035 de dos de los siete reactores nucleares belgas debía cerrar una larga historia, salpicada de giros y vueltas. Este no será el caso: Engie-Electrabel, como era previsible, decidió imponer fuertes requisitos para este mantenimiento de la actividad. Y tiró una piedra al estanque, el martes 31 de mayo: en una carta al Primer Ministro, Alexander De Croo, la compañía energética pidió al Estado belga que se convirtiera en una especie de cooperador de las centrales eléctricas y cofinanciara, no solo la ampliación de Tihange 3 y Doel, sino también los costes de desmantelamiento de los demás reactores y tratamiento de residuos.

En una posición de fuerza frente a autoridades que han vacilado durante mucho tiempo y que, además, se enfrentan a las consecuencias de la guerra en Ucrania por el suministro de gas, la directora general de Engie, Catherine MacGregor, cree que el monto de las decisiones que el grupo debe asumir asciende a 1 mil millones de euros. Un riesgo considerado demasiado importante para un operador privado que, además, había manifestado sus reticencias a la ampliación de las plantas. Invocando su necesario «estabilidad»Sin embargo, el grupo dice que está dispuesto a contribuir a la seguridad del suministro en el país.

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También es la prioridad del gobierno, aseguró el jueves 2 de junio el señor De Croo. El cual debe, en principio, culminar la negociación con el grupo francés antes de finales de junio. La discusión prometía, en todo caso, ser tormentosa. Los Verdes, miembros de la coalición federal, pretenden que Engie-Electrabel asuma solo los costos de desmantelamiento y desperdicio, en nombre del principio de “quien contamina paga”. La factura alcanzaría un total de 40.000 millones de euros y la ministra de Medio Ambiente y Energía, Tinne Van der Straeten, pretende que la operadora la pague íntegramente.

Georges-Louis Bouchez, presidente del Movimiento de Reforma Liberal, otro partido mayoritario, también tensó el debate al decir que no se trataba de que el Estado pague por un socio privado que, según este líder, logra un margen de ganancia de casi el 500 %. por cada kilovatio-hora producido. La mayor parte de estos dividendos se remontan a París, donde el grupo demuestra así su solidez, añade la izquierda radical. Las centrales eléctricas belgas permitieron al grupo obtener 583 millones de euros en el primer trimestre de 2022, señala el diario De Estándar.

“Una espada de Damocles adicional”

“Este tipo de cosas no las negociamos en la plaza pública”, afirma el Sr. De Croo, tratando de calmar las cosas. Su equipo ministerial, en cualquier caso, ha rechazado hasta ahora cualquier idea de coexplotación. Y sigue contando con una prórroga a partir de 2025, mientras que Engie destaca los problemas de suministro de combustible, lo que podría retrasar uno o dos años el plazo, y por tanto privar al país de un remedio nuclear durante dos inviernos. S’il entend subventionner, comme prévu, des capacités autres de production – dont des centrales au gaz, à construire –, le gouvernement devrait, en tout cas, déterminer rapidement s’il pourra compter ou non sur l’apport du nucléaire, et hasta cuando.

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