Essonne: un infierno para los usuarios ir y venir de la Universidad de Paris-Saclay


Desde el comienzo del año escolar, los usuarios que utilizan el transporte público de Ile-de-France para ir (y volver) a la Universidad de Paris-Saclay en Gif-sur-Yvette, en Essonne (91), viven en el infierno . Atrapados en este enclave desatendido, lamentan la falta de soluciones disponibles para ellos.

Las imágenes hablan por sí solas: colas ininterrumpidas de gente, esperando para subirse a un autobús… que no llega. Esta es la vida cotidiana que se ha vuelto insoportable para varios miles de usuarios del transporte público, que tienen que ir y venir diariamente en la Universidad de Paris-Saclay (91).

Entre ellos, Clément describe “un desorden monstruoso” para “cientos de viajeros” que intentan llegar al centro universitario de Saclay, que cuenta con escuelas superiores y facultades, desde la estación RER de Le Guichet, en Orsay (91). En total, unos 2,5 km que es mejor hacer a pie, o 30 minutos andando, que esperar a un autobús que no llegará.

Según este doctorando universitario, «las pocas líneas que permiten hacer este trayecto utilizan equipos obsoletos y demasiado pequeños», y ello, mientras que «las frecuencias son muy irregulares» y que «la información de los pasajeros es inexistente o incluso errónea». «.

“Una situación catastrófica”

Una situación calificada de “catastrófica” por Grégoire de Lasteyrie, el presidente de la aglomeración Paris-Saclay, que explica que sus servicios reciben diariamente «cientos de mensajes de usuarios exasperados». Pero el que no es otro que el delegado especial para la movilidad sostenible en la Región Ile-de-France echa la culpa a la RATP.

Mismo discurso por parte de los funcionarios electos de la aglomeración, quienes aseguran en un comunicado de prensa “implementar todo lo que nos sea posible para comprometernos […] para que la RATP restablezca el servicio normal de buses y que los viajeros sean escuchados e indemnizados”.

Porque es precisamente la Autoridad Autónoma del Transporte de París, a través de su filial RATP Cap, la que asumió la gestión del transporte público en este lugar el 1 de agosto. Un traspaso de un operador a otro, lo que provocó la pérdida de muchos conductores de autobuses. Si este último tenía la posibilidad de ser traspasado al nuevo operador, explica la RATP, no todos lo han hecho.

Resultado: “perturbaciones que se esperan en las próximas semanas” en las líneas de autobuses “por dificultades en la contratación de conductores”, advierte la RATP. Desde esta semana se han asignado a la red una decena de conductores temporales, según el grupo, que asegura que se mantiene el 95% del suministro diario.

Además, la RATP revela que actualmente está trabajando “en una solución digital” que permitiría a los usuarios “disponer en tiempo real de los próximos pasos de autobús en cada parada”. “Tan pronto como tengamos una fecha de despliegue, informaremos a nuestros viajeros”, dijo la institución.

¿Y la solución alternativa de la bicicleta? “Demasiado peligroso”, responden a coro los usuarios. Para Clément, el riesgo de accidente es realmente «enorme» y «los conflictos entre usuarios son numerosos». Y para explicar: “tenemos que lidiar con las muchas obras de construcción que establecen regularmente sus derechos de paso en las raras infraestructuras ciclistas sin ofrecer una alternativa”.





Source link-60