Frodo y Sam se encuentran con Gollum, una criatura lamentable, demacrada y enloquecida por llevar el anillo durante tanto tiempo. Es un reflejo del enorme poder que tiene el Anillo y el futuro de Frodo si sucumbe a su tentación. El antiguo hobbit tiene dos personalidades: un guía cariñoso que quiere ayudar a sus nuevos amigos en su aventura y un manipulador vengativo que no se detendrá ante nada para reunirse con su «precioso».
Después de que Faramir captura al trío, planea llevarle el Anillo a su cruel padre, Denethor. Al pasar por la ciudad sitiada de Osgiliath, Frodo intenta explicar la verdadera naturaleza del Anillo e insta a que lo liberen. Después de que Sam salva a Frodo de un Nazgûl, se lanza a un monólogo que es uno de los momentos más conmovedores de toda la trilogía:
«Pero al final, esta sombra es solo una cosa pasajera. Incluso la oscuridad debe pasar. Llegará un nuevo día. Y cuando el sol brille, brillará más claro. La gente en esas historias tenía muchas posibilidades de regresar solo no lo hicieron. Porque se estaban aferrando a algo… Que hay algo bueno en este mundo, Sr. Frodo. Y vale la pena luchar por eso».
Jackson crea un momento edificante cuando intercala líneas conmovedoras con las victorias en Helm’s Deep e Isengard. Faramir encuentra la fuerza que su hermano no tenía y se resiste al Anillo, liberando a los hobbits por el bien de la Tierra Media. La escena transmite un poderoso mensaje acerca de creer que el bien siempre triunfará sobre el mal. Asegura al público que siempre superará los peores momentos.