Fête de l’Humanité: Fabien Roussel y Edouard Philippe, el “gusto por el debate respetuoso”


Todos mantuvieron sus posiciones: los liberales Eduardo Felipe y el comunista Fabien Rousselquienes tienen ambiciones presidenciales para 2027, han debatido el domingo en la Fête de l’Humanité, sin desviarse de sus líneas claramente establecidas. El ejercicio prometía ser peligroso para el ex Primer Ministro deEmanuel Macron, llegó bajo la carpa del Ágora entre los silbidos del público y vio a un activista de los “chalecos amarillos” irrumpir en el escenario antes de ser expulsado por la seguridad. “Redescubramos este gusto por el debate”, dice el secretario nacional del PCF, llamando, con voz ronca por tres días de celebración y debate, “al respeto”.

Un debate bajo el signo de la familiaridad

En el escenario, los dos hombres hablan informalmente -tras una ligera vacilación por parte de Edouard Philippe- y exponen sus partituras durante una hora. “Una de las malas soluciones es bloquear los precios”, afirma, entre los silbidos de la opinión pública, el alcalde de Le Havre y presidente del partido Horizontes, sobre una medida exigida por su oponente. “Pedimos que el Estado intervenga en el reparto de los márgenes, del agricultor al consumidor, de la granja a la mesa”, responde el diputado del Norte.

Respecto a la cuestión del gasto público, Fabien Roussel intenta tranquilizar a su interlocutor: «No sería responsable decir que la deuda no es un problema y que no vamos a pagarla». “¡Como Presidente de la República, voy a hacer sonar la deuda como una campana delante de las 500 personas más ricas de Francia!”, añade ante un público comprometido con su causa.

La cuestión energética, una vía de convergencia

Como era de esperar, los dos hombres no se ponen de acuerdo sobre el reforma de pensiones y el uso de 49,3. Pero en la cuestión energética, vemos un camino hacia la convergencia. “No estaremos muy lejos de llegar a un acuerdo sobre la energía nuclear y el desarrollo de las energías renovables”, intenta Edouard Philippe. Fabien Roussel coincide al denunciar la “estupidez innombrable” de la oposición a la energía nuclear defendida por otras fuerzas de izquierda. Los dos hombres, que gozan de buenos índices de popularidad, demuestran sobre todo que pueden discutir y trabajar juntos, lo que es un buen argumento para ellos en la carrera por las elecciones presidenciales.

“Tengo vicepresidentes comunistas en mi comunidad urbana que votan por mi presupuesto”, afirma Edouard Philippe, precisando que cada vez que se presentó la elección durante las elecciones locales, pidió votar comunista frente a la extrema derecha. Un llamamiento “nunca alegre pero sí extremadamente claro”, afirma, porque con los comunistas está acostumbrado a “discutir respetuosamente”.



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