¿Funciona el uso de órdenes penales para reducir las demoras judiciales?


Meses, o incluso años, antes de escuchar a los acusados, ésta es la dificultad que enfrentan muchos tribunales en Francia. Para acelerar los juicios, el Tribunal de Creteil ha decidido, por ejemplo, trabajar más intensamente en materia de órdenes penales. En la sala exclusiva del tribunal no hay juez ni abogado. «No habrá debate», anunció Jean-Pierre Jolly, delegado del fiscal, en su discurso de presentación.

Jean-Pierre Jolly y su colega llaman a los 35 acusados, todos ellos citados por delitos de baja intensidad como robo, exceso de velocidad o conducir bajo los efectos del alcohol. «Nuestra función es explicar a los acusados ​​cómo pagar las multas. También les explicamos cómo pueden objetar, ya que no pudieron comparecer ante el juez, no pudieron explicarse», explica.

Juicios más rápidos

En este tipo de casos el juez ya tomó su decisión. Los delegados de la fiscalía sólo están para transmitirlo. Cada pase frente a ellos dura unos cinco minutos. Una velocidad que conviene a Grégoire, citado ante los tribunales por conducir en estado de ebriedad: «Como no quería oponerme, este modelo me conviene muy bien. Y si permite ir un poco más rápido, tiene mucho sentido», afirma el vendedor.

En tres meses, Grégoire decidió su destino. Si hubiera pasado por el tribunal penal, podría haber esperado seis meses o más. Ahorros de tiempo que “permiten reservar la clásica audiencia correccional para los casos más graves y complejos, como los litigios relativos a violencia intrafamiliar«, explica Stéphane Hardouin, fiscal de Créteil. Estas audiencias clásicas se celebran en Créteil cada vez más temprano. En dos años, los retrasos entre los hechos y la sentencia han pasado de 11 a 6 meses y el número de órdenes penales aumentó en 50 % al mismo tiempo.



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