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En una decisión unánime, Jennifer Crumbley fue condenada por homicidio involuntario en relación con el tiroteo mortal en la escuela de su hijo Ethan en 2021. Su condena, como madre de un tirador convicto, sienta un nuevo precedente para el procesamiento de tiroteos en escuelas.
En 2021, Ethan Crumbley, que entonces tenía 15 años, abrió fuego en un pasillo de su escuela secundaria en Oxford, Michigan, y mató a cuatro de sus compañeros de clase. Ethan se declaró culpable de 24 cargos, incluido asesinato en primer grado, y en diciembre fue sentenciado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
Sus padres, Jennifer y James Crumbley, enfrentaron cargos derivados del hecho de que compraron un arma para Ethan apenas unos días antes de que la llevara a la escuela. Los fiscales afirmaron que estaban al tanto del deterioro del estado mental de Ethan y, sin embargo, no informaron a la escuela sobre el arma. El caso llegó a los titulares nacionales porque rara vez, o nunca, los fiscales intentan responsabilizar a los padres de los tiradores escolares por las acciones de sus hijos. Ambos padres se declararon inocentes de cuatro cargos de homicidio involuntario, uno por cada uno de los estudiantes asesinados.
El martes, Jennifer fue declarada culpable de los cuatro cargos, cada uno de los cuales conlleva una sentencia máxima de 15 años de prisión. Será sentenciada el 9 de abril. El juicio de su marido está previsto que comience en marzo.