La aportación de Kelsey Grammer cambió por completo la premisa del reinicio de Frasier


El revitalizado «Frasier» se esfuerza por hacer justicia a su predecesor, incluso cuando su protagonista se embarca en una fase completamente nueva de la vida sin la compañía del elenco secundario de su programa anterior. La nueva incorporación, la leyenda de la comedia británica Nicholas Lyndhurst, llena muy bien el vacío dejado por David Hyde Pierce, quien decidió no regresar como el hermano de Frasier, Niles, y el primer episodio lamenta respetuosamente la pérdida de John Mahoney, quien interpretó al padre de Frasier y Niles en la serie original. El programa que se desarrolla en Boston también le otorga una leve familiaridad, ya que Frasier no pierde el tiempo en burlarse de «Cheers» y tal vez insinuando posibles cameos futuros de antiguas estrellas de la estimada comedia. Pero si no fuera por Kelsey Grammer, nada de esto habría sido posible.

En declaraciones al Seattle Times, el escritor y co-showrunner Joe Cristalli explicó que en un momento los productores estaban considerando ambientar la reposición de «Frasier» en la ciudad de Nueva York. Pero fue Grammer quien intervino y sugirió a Frasier regresar a sus raíces regresando a Boston. Cristalli dijo: «Una vez que dimos con eso, sabiendo que se trataría de que Frasier intentara reconectarse con su hijo… [Boston is] donde dejamos por última vez a Freddy y [ex-wife] Lilith y ahí es donde Freddy creció».

Cristalli amplió la génesis del escenario del programa en una entrevista con Variety, diciendo:

«Kelsey dijo: ‘¿Sabes qué? Tiene asuntos pendientes en Boston. No está contento con la forma en que era en Boston. Traigamoslo de regreso a Boston’. Allí es aparentemente donde su hijo aún viviría, y allí es donde «Crecí. Realmente encajó en su lugar entonces. Hubo muchas paradas y comienzos, pero terminamos, creo, en un lugar bastante bueno».



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