Una clienta de una tienda de comestibles coloca una caja de agua potable en su vehículo, en Jackson, Mississippi, el martes.
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Los más de 150.000 residentes de Jackson, Mississippi, ya no tienen acceso al agua potable municipal y, en algunas partes de la ciudad, no hay suficiente presión de agua para descargar los inodoros o abastecer las bocas de incendio. El sistema de agua de la ciudad, descuidado durante mucho tiempo, colapsó el lunes después de días de lluvias torrenciales que abrumaron la planta de tratamiento de agua más grande de Jackson, dijeron funcionarios estatales.
Jackson, que es tanto la capital del estado como la ciudad más poblada, ya había estado bajo aviso de hervir el agua durante un mes antes de que el sistema colapsara esta semana, y no está claro cuándo se resolverá la crisis, con funcionarios estatales y municipales ofreciendo valoraciones algo contradictorias sobre los problemas. El martes, aunque se informó que la presión del agua se restableció en parte de la ciudad, algunos residentes informaron que el agua seguía decolorada y que los esfuerzos para distribuir agua embotellada hasta ahora no han satisfecho la demanda, informa CNN.
La escasez de agua ha alterado la vida en la ciudad mayoritariamente negra, lo que ha provocado el cierre de algunos negocios, obstaculizando al gobierno estatal y obligando a los residentes a esperar en largas filas para obtener agua embotellada. El martes, las escuelas de Jackson impartieron clases en línea. En una conferencia de prensa el lunes por la noche, el gobernador de Mississippi, Tate Reeves, dijo que estaba declarando el estado de emergencia para el sistema de agua de la ciudad, había activado la Guardia Nacional para ayudar y prometió «hacer todo lo que esté a nuestro alcance» para que el agua corra. otra vez. Reeves, que es republicano, culpó de la crisis tanto a las lluvias recientes como a fallas anteriores en la planta.
En una conferencia de prensa el martes, el alcalde de Jackson, Chokwe Antar Lumumba, un demócrata, dejó en claro que sentía que la asistencia estatal para abordar los problemas del sistema de agua de la ciudad se había retrasado mucho. “Hemos estado solos durante la mayor parte de los dos años en lo que respecta a la crisis del agua de Jackson”, dijo Lumumba, y explicó que “estamos en un estado de emergencia constante”.
“Ahora estamos emocionados de finalmente dar la bienvenida al estado a la mesa”, dijo.
The Associated Press señala que la ciudad no ha podido permitirse reparar su sistema de agua, ya que “su base imponible se ha erosionado en las últimas décadas a medida que la población disminuyó, como resultado de la huida mayoritariamente blanca a los suburbios que comenzó después de que las escuelas públicas se integraran en 1970.” El alcalde Lumumba ha dicho que arreglar el sistema podría costar al menos $200 millones. El lunes, el gobernador Reeves dijo que la ciudad tendría que pagar la mitad de la factura de las reparaciones.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo a los periodistas el martes que el gobierno federal está listo para ayudar “tan pronto como recibamos una solicitud oficial del estado”.