“La cuestión del pasado colonial es el último “tabú” de la historia de Francia en los siglos XIX y XX”


la historia colonial está ahora en la agenda de los debates públicos. Y si los debates están muy polarizados –entre los defensores de una visión nostálgica del pasado y los apóstoles de la decadencia (cada vez más escuchados, como lo demuestra la undécima ola de la encuesta “Fracturas francesas”) y los radicales más decoloniales que aseguran que nuestra la contemporaneidad es enteramente resultado del período colonial; en verdad, hoy nadie duda de la importancia de esta historia de cinco siglos en Francia.

Lejos de los conflictos conmemorativos de los extremistas, la opinión parece dividida entre afrontar este pasado o mantener una política de amnesia, incluidos los debates que acompañaron a los dos decretos de la ley de 2005 sobre “aspectos positivos de la colonización” Fueron el último momento de apogeo. Veinte años después, las políticas públicas sobre el tema están marcadas por… la ausencia de un tratamiento colectivo de este pasado, del que es síntoma la imposible construcción de un museo colonial en Francia, en el momento mismo en que la Ciudad está a punto de abrir sus puertas. Internacional de la lengua francesa en Villers-Cotterêts.

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Si bien la historia colonial no está en el origen de todo nuestro presente, sus consecuencias contemporáneas son, no obstante, obvias. De hecho, los recientes acontecimientos en Níger, Mali y Burkina Faso indican, según Achille Mbembe, el “segunda descolonización”, y están marcados por manifestaciones hostiles a Francia que demuestran claramente una voluntad de pasar página sobre las relaciones asimétricas con la antigua metrópoli. En realidad, a pesar de las repetidas garantías del deseo de las autoridades francesas de poner fin a «Françafrique», las acciones han seguido poco a las palabras y la página colonial realmente no se ha pasado.

relación tóxica

Francia también sufre una relación tóxica con la inmigración poscolonial y los barrios de clase trabajadora, que se han convertido en cuestiones políticas centrales. Sin embargo, ¿cómo podemos entender la configuración histórica de estos flujos migratorios sin regresar a la historia colonial? ¿Cómo podemos entender la estigmatización que sufren estas poblaciones sin deconstruir las representaciones construidas contra ellas durante la colonización?

Nous pourrions multiplier les exemples – comme la volonté de déboulonner les statues symboles du passé colonial, le souhait de changer certains noms de nos rues, les débats autour des manuels scolaires… – et rappeler qu’à chaque élection présidentielle la question du passé colonial revient en la superficie. Es claramente el último “tabú” de la historia de Francia en el siglo XIX.mi y XXmi siglos.

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