Como una Barbie que abandona la casa de sus sueños, «Barbie» superó las expectativas del mercado para su estreno este fin de semana, superando las cifras de taquilla proyectadas en más de 45 millones de dólares, según Forbes. Esa es una gran subestimación, y una que revela el punto ciego de Hollywood cuando se trata de hacer películas que atraigan a las mujeres. Según Variety, el 65 por ciento de las audiencias encuestadas en las proyecciones de «Barbie» este fin de semana fueron mujeres, una proporción inversa de la composición típica de la audiencia para películas con fines de semana de estreno superiores a los 100 millones de dólares (una categoría que, al menos en la última década, ha pertenecido en gran medida a las películas de superhéroes).
Si bien la industria seguramente intentará empaquetar esta historia de éxito en una lección pequeña, vale la pena señalar que probablemente haya múltiples razones por las que «Barbie» superó las expectativas. Hay fanáticos de las muñecas de toda la vida o antiguos, claro, pero la multitud también incluye fanáticos de las estrellas Ryan Gosling y Margot Robbie y el director Gerwig, participantes de la función doble de Barbenheimer que disfrutan de los memes de Internet y muchas personas que simplemente pueden haber estado ansiosas por encontrar una excusa para disfrazarse en el cine.
La lección aquí no debería ser que los productos de Mattel son éxitos de taquilla, sino que las películas buenas que inician una conversación con un gancho divertido son éxitos de taquilla, y que los hombres no son las únicas personas que van al cine. BJ Colangelo de /Film llamó a «Barbie» una película que logra «una celebración extravagante de los musicales de la edad de oro, reflexiones intelectuales sobre la teoría de género y un abrazo conmovedor de la feminidad». La película también ha dejado felices a las audiencias, obteniendo un A CinemaScore y un 90 por ciento en todos los ámbitos en Rotten Tomatoes. Las Barbies tenían razón: realmente pueden hacer cualquier cosa.