La pareja franco-alemana «no se ha debilitado en absoluto», según un ministro francés


La relación entre Francia y Alemaniados actores clave de la Unión Europea, «funcionan muy bien», aseguró este martes la secretaria de Estado de Asuntos Europeos de Francia, Laurence Boone, al tiempo que reconoció dificultades en algunos archivos.

Laurence Boone fue desafiado en la Asamblea por el diputado de LR Patrick Hetzel: «Entre París y Berlín, nada va bien. Alemania está bloqueando grandes proyectos industriales en defensa, el proyecto del avión y el proyecto del tanque. Alemania está bloqueando las exportaciones de armas a nivel europeo .Rechaza la modificación del método de cálculo del precio de la energía a nivel europeo, que sería tan importante para Francia (…).¿usted para defender la soberanía de Francia?»

«La pareja franco-alemana no está debilitada en absoluto, al contrario, está funcionando muy bien», respondió la Sra. Boone, pocos días después del aplazamiento de una importante reunión diplomática entre los dos gobiernos, interpretada como una señal de desacuerdos entre ambos. París y Berlín.

El Consejo de Ministros franco-alemán, que iba a tener lugar el miércoles 26 de octubre, se ha aplazado indefinidamente, y «la primera razón es que queríamos un consejo en pleno y que algunos ministros alemanes no estaban disponibles, en particular el Ministro de Asuntos Exteriores Asuntos exteriores», explicó la Sra. Boone.

Desacuerdos de Defensa

Sin embargo, reconoció que había dificultades en determinadas áreas, como la defensa, la crisis energética de la Unión Europea o la economía, en vísperas de la visita a París del canciller alemán Olaf Scholz. «Se trata de coordinar nuestros esfuerzos (…) Estos temas son tanto más complicados cuanto que Alemania se trata de una coalición tripartita; negociar con tres partidos es difícil», declaró el secretario de Estado.

Estas declaraciones se producen cuando desde hace varias semanas nada marcha bien entre las dos principales economías europeas. La solidaridad europea ante la subida de los precios de la energía, la energía nuclear y el armamento europeo son temas de tensión entre los dos países.

Berlín está impulsando un proyecto de escudo antimisiles, que incluye un componente israelí, al que quieren unirse 14 países europeos, incluidos Gran Bretaña, los países bálticos, los Países Bajos e incluso Finlandia. Denunciando una «carrera armamentista» dentro del continente, París se queda en un segundo plano y defiende un proyecto propio, con Italia.

El futuro avión de combate europeo, el SCAF, una serpiente de mar entre los dos países, es otro punto de fricción, con el riesgo de que el proyecto británico competidor, Tempest, salga adelante.



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