La primera etapa de la París-Niza para Tim Merlier, la buena operación para Tadej Pogacar


El duelo está en marcha. Aunque la primera etapa de París-Niza fue ganado en el sprint por el belga Tim Merlier, es Tadej Pogacar quien logra la actuación del día al quitarle seis segundos en total a su principal competidor Jonas Vingegaard. Seis segundos no parece mucho. Pero en una prueba tan reñida como la «carrera al sol», donde el resultado final suele jugarse con un pañuelo en el bolsillo, este pequeño ahorro podrá contarse con la llegada a Niza el próximo domingo.

Para aprovechar esta pequeña ventaja, el esloveno, tercero en la general, mostró su musculatura en la subida de las 17 Vueltas, colocada a seis kilómetros de la meta y engullida a toda velocidad por un pelotón agrupado que había reanudado veinte minutos antes a los dos escapados de la carrera. día, Paul Ourselin (TotalEnergies) y Jonas Gregaard (Uno-X).

Sprint de bonificación

En la cima de esta mítica subida en el valle de Chevreuse, «Pogi», de piernas largas, se embolsó los seis segundos del sprint extra, contra cero a su rival danés, algo menos vivo y solo cuarto. Los dos campeones prosiguieron entonces su esfuerzo durante varios cientos de metros en compañía de Pierre Latour y, por unos instantes, creímos volver a vernos por los caminos del Tour de Francia cuando Pogacar y Vingegaard, el futuro vencedor, habían se golpearon repentinamente el pasado mes de julio.

Después de una breve discusión, se levantaron. Pero, ambos artífices de un gran comienzo de temporada, confirmaron que estaban en buena forma, aunque Vingegaard pasea (por precaución, dice) con una mascarilla FFP2 nada más bajarse de la moto.

«Difícilmente creíble»

Ya en el bache anterior, la violenta subida de Million, los dos favoritos habían puesto el turbo, reventando el pelotón en un final muy nervioso, marcado por una caída que envió notablemente al suelo al francés Thibault Guernalec (Arkéa-Samsic).

Varios velocistas dejaron plumas allí, aunque al final esta primera etapa discurrió bajo la grisura y de 169,4 km, terminó en una meta agrupada, con los «muslos grandes» al frente. Vistiendo su maillot de campeón belga, Tim Merlier (Soudal Quick-Step) demostró ser el más fuerte para ganar con bastante claridad por delante del irlandés Sam Bennett (Bora) y el danés Mads Pedersen (Trek Segafredo). Ya es el cuarto éxito de la temporada para la nueva incorporación de Patrick Lefevere que da un pequeño bálsamo al corazón de Quick-Step, relegado a las sombras por el Jumbo-Visma en las primeras clásicas belgas.

«Estoy teniendo un comienzo de temporada increíble, es genial para mí y para el equipo», comentó el belga de 30 años, que el lunes vestirá el maillot amarillo de líder. Esta segunda etapa, que llevará al pelotón a lo largo de 163,7 km desde Bazainville (Yvelines) hasta Fontainebleau (Seine-et-Marne), también parece prometida para los velocistas. Pero en el ciclismo actual, donde el ataque total ha sido establecido como principio básico por blasters como Pogacar, ciertamente no somos inmunes a una nueva escaramuza entre favoritos.





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