Las estrellas de Early Saturday Night Live que más influyeron en Mike Myers


Mike Myers comenzó su servicio «SNL» en 1989, una era en la que el géiser rebelde del talento cómico del norte, ya sea Nueva York o más allá de la frontera con Canadá, se convirtió en un goteo. Las heridas de la muerte de John Belushi en 1982 aún estaban abiertas; la desacertada adaptación de la biografía de Belushi de Bob Woodward «Wired» fue recibida con virulencia masiva. Las películas de Eddie Murphy como «Another 48 Hrs». y «Boomerang» recaudaría modestas sumas de taquilla, pero nada como el éxito comercial que había disfrutado durante la última década. El graduado de «Second City Television» Rick Moranis ahora estaba trabajando con poderosos estudios en «Parenthood» y las películas «Cariño, he encogido a los niños». La superestrella de Second City, John Candy, estaba pasando a papeles de actuación más sentimentales: tanto él como Steve Martin cautivaron al público con interpretaciones conmovedoras en «Aviones, trenes y automóviles» de John Hughes.

En cuanto a Martin, todavía estaba activo pero más dócil que en sus días de «Teodorico de York», el resultado de una campaña perspicaz de elección de papeles para hacer creer al público que era más que un comediante tonto; su comedia se refinaría para el grupo demográfico de papá enojado. En poco tiempo, coescribiría y protagonizaría la adaptación de «Cyrano de Bergerac» «Roxanne», coprotagonizaría junto a Michael Caine la joya de Frank Oz «Dirty Rotten Scoundrels» e interpretaría a Vladimir en la reposición teatral de Mike Nichols de «Waiting para Godot». Cuando Martin volvió a presentar «SNL», Myers estaba deslumbrado. Le dice a Armisen:

«Yo estaba como, ‘Wow, esas son las moléculas de las que está hecho Steve Martin’. Nos invitó a todos a almorzar, pagó por nosotros y luego dijo: ‘Voy a comprar chicle, ¿quieres venir conmigo?’ Yo estaba como ‘¡Sí!’ La gente era como darse la vuelta en la calle y darse codazos y entré en una tienda de variedades y él compró chicle. Nunca lo olvidaré el resto de mi vida».



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