En un artículo de perfil para The Hollywood Reporter, cuando se les preguntó al dúo de El Arbi y Fallah si volverían a WBD si se lo pedían, su requisito fue simple:
«Sí, todavía trabajaríamos con ellos […] Pero con la condición de que salga la película. Quiero decir, si Warner dice ‘¿quieres hacer el próximo Batman o Superman?’, por supuesto que diremos que sí. ¡Mientras salga la película!».
Hace menos de cinco meses, este tipo de solicitud hubiera parecido extraña, pero WBD ha cambiado el panorama en tan poco tiempo. Desde entonces, ha habido innumerables historias sobre personas talentosas que se enteraron de que sus proyectos se habían guardado, no por el control de calidad, sino por el dinero. Zaslav aparentemente lo ve como una decisión comercial más sabia para reducir sus pérdidas sin ver el daño irreparable que causa WBD a largo plazo.
El efecto dominó de la cancelación de «Batgirl» ha llevado a muchos artistas que han contribuido a WBD y otros proyectos de HBO Max a perder la confianza en el estudio. ¿Por qué iría a trabajar para una empresa que podría matar o eliminar meses (o incluso años) de trabajo en un abrir y cerrar de ojos? Me sorprende que El Arbi y Fallah consideraran la idea, especialmente después de las consecuencias.