Según un análisis de VCÖ, la razón no se debe a los impuestos, ya que la mayoría de los países de la UE no han realizado ningún cambio en la fiscalidad de los combustibles.
Diferencia con diésel ligeramente más pequeña.
Con 50 céntimos, Austria registró el segundo aumento de costes más alto de la UE después de Alemania (57 céntimos). El aumento en los precios del diésel en Austria fue cinco centavos más que en la República Checa y Finlandia, siete centavos más que en los Países Bajos, ocho centavos más que en Estonia, nueve centavos más que en Italia y diez centavos más que en Polonia y Francia.
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La VCÖ aboga por una reducción de la dependencia del transporte del petróleo. El 80 por ciento de las importaciones de petróleo se queman en el tráfico. El alto consumo de diésel y gasolina provoca que miles de millones de euros fluyan al extranjero cada año, en su mayoría a países con déficits masivos en democracia y derechos humanos. En 2020, Austria importó dos tercios de su petróleo de Kazajstán, Irak, Rusia y Arabia Saudita.