Matthew Perry siempre será definido por «Friends» y por Chandler Bing. Su carrera cinematográfica incluye algunas películas bastante buenas y fue un actor televisivo confiable hasta el final. Pero cada obituario, cada recuerdo, lo llamará actor de «Friends». Y eso está bien. Porque no hay nada de malo en ser recordado por un papel que sólo tú puedes desempeñar, que sólo tú puedes definir.
Una parte irracional de mi cerebro asumió que Matthew Perry nunca moriría, que siempre estaría cerca. Después de todo, Chandler Bing es para siempre. Él está en mi casa todo el tiempo. Todavía lo veo con regularidad. Así que me siento aquí, tratando de procesar la muerte de un actor, un extraño al que siento que conozco íntimamente. Me siento tonto por el duelo (¿no debería estar reservado para sus amigos y familiares reales?), pero sí, se nos debería permitir sentirnos tristes cuando un extraño que ha existido en nuestras vidas y nos ha brindado consuelo se marcha. ¿De qué sirve una gran televisión, un gran arte, grandes actuaciones e intérpretes, si no lo tomamos como algo personal?
«Friends» fue el programa más popular de la televisión. Tuvo sus altibajos. Parte de ella no ha envejecido bien. Parte de ella sigue siendo notablemente buena. La gente lo verá hasta la muerte por calor del universo. Y décadas después de esto, cuando ya no esté, los entusiastas de la cultura pop pensarán: «Oye, ¿es Chandler la verdadera razón por la que este programa es bueno y su viaje es el que realmente importa?»
Matthew Perry era parte de algo hermoso y algo que importa. Y él era una de las razones por las que era tan hermoso y por el que importaba. Todos podemos desear tener tanta suerte.