¡No sabes quién soy! » : Bassam Ayachi, el enigmático imán


Por Christophe Ayad

Publicado ayer a la 1:25 a. m., actualizado ayer a las 12:25 p. m.

Es apodado «el imán jabonoso». En el octavo círculo del infierno -el de la astucia y el engaño- de los predicadores islamistas, Bassam Ayachi no es el peor, pero sí el escurridizo, el que nunca ha sido atrapado. Antes que él, estaba Abu Hamza el egipcio, figura de “Londonistan” en los años 1900-2000. Apodado «Capitán Garfio» tras perder un ojo y ambas manos en Afganistán, fue condenado a cadena perpetua en Estados Unidos. También estaba su compatriota Omar Abdel-Rahman, el «jeque ciego», culpable de haber inspirado y participado en un primer atentado contra el World Trade Center en 1993 y muerto detenido en Estados Unidos en 2017. Más cerca de nosotros, estaba finalmente Olivier Corel, alias el «emir blanco», un imán franco-sirio ahora bajo arresto domiciliario en el sur de Francia.

Bassam Ayachi, nuestro «imán del jabón», es también franco-sirio, nacido en Alepo en 1946. Al igual que el «Capitán Garfio», resultó gravemente herido, pero en un atentado con bomba atribuido a la organización Estado Islámico (EI): perdió su brazo derecho.

Si compareció ante los tribunales franceses del 5 al 8 de abril, eso no tiene nada que ver con el juicio en curso por los atentados de noviembre de 2015: el 16y sala del Tribunal Penal de París, especializada en casos de terrorismo, lo acusó de vínculos con un grupo rebelde sirio. Sobre todo, el público permitió conocer mejor al personaje y sus zonas grises. Nunca lo habíamos visto y escuchado durante tanto tiempo, a excepción de un documental del director Stéphane Malterre (En nombre del padre, el hijo y la yihad, 2015).

Enlaces a Al-Qaeda en Siria

Sentado en primera fila, frente a los tres magistrados, nunca cansado a pesar de sus 75 años y de los rigores del ayuno del Ramadán, el imán con zapatillas azules, chándal gris, parka verde y barba blanca, explicó los hechos alegados: haber hecho ejercicio, durante su volver a Siria entre 2013 y 2018, responsabilidades dentro del grupo rebelde sirio Ahrar Al-Cham, considerado por la fiscalía francesa como terrorista pero no incluido en la lista de la Unión Europea, Naciones Unidas o Estados Unidos. Mientras estuvo en la región de Idlib, Ayachi dirigió una corte islámica y un campo de entrenamiento. También se cree que tenía vínculos con la ahora disuelta rama siria de al-Qaeda, el Frente Al-Nusra.

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El imán, que afirma ejercer únicamente funciones religiosas, admite los hechos pero presenta dos argumentos. La primera: Ahrar Al-Sham no tenía nada de terrorista. La segunda, más confusa: sus contactos con extremistas tenían el objetivo oculto de informar a los servicios de inteligencia franceses y belgas. De hecho, aunque dichos servicios se nieguen a comunicar sobre el tema, queda acreditada su labor como informante. Historia divertida, juicio divertido, acusado divertido…

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