París inicia una importante clasificación de su mobiliario urbano


Pronto será el final del cubo de basura parisino más común, el oblongo y calado diseñado por el arquitecto y diseñador Jean-Michel Wilmotte a principios de la década de 2010. Poco a poco, los 21.877 ejemplares, instalados entre 2013 y 2016 en las aceras del capital, será sustituido por otros, existentes o por elegir. “Cuando se eligió este modelo, en 2010, todos los cargos electos hubieran preferido otro, pero costaba cuatro veces menos”, recuerda Emmanuel Grégoire, el primer diputado de Anne Hidalgo, encargado de urbanismo. Sin embargo, en uso, “Este contenedor ya no nos conviene: a menudo está torcido, dañado y no está a salvo de ratas o cuervos”.

En la puerta, por tanto, la papelera Bagatelle, pero también los enormes maceteros rotomoldeados, las jardineras de madera más sencillas, las fuentes móviles de acero inoxidable tipo Totem, los quioscos de cristal y acero inoxidable diseñados por André Schuch, o también las Sanisettes Decaux. En total, una veintena de objetos habituales de las calles de París están a punto de desaparecer del paisaje. Suprimido por el Ayuntamiento de París. Así lo anunció Emmanuel Grégoire, el martes 14 de junio.

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Desde hace un año y medio, el primer diputado y su equipo vienen realizando un trabajo en profundidad sobre la belleza de París. El primer paso fue establecer un inventario preciso de unos 1,3 millones de objetos repartidos por el espacio público parisino, desde vallas publicitarias hasta fuentes Wallace, pasando por rociadores, candelabros, placas de calles, cajas de libreros o incluso las 332.000 pilonas que impiden aparcar los coches en las aceras. . Este censo realizado, el objetivo ahora es eliminar los objetos más feos, los más disputados, para despejar y dar más unidad al paisaje urbano. No se había lanzado una selección tan grande desde Jacques Chirac, en 1991. En ese momento, los funcionarios electos criticaron en particular las innumerables cabinas telefónicas.

Gran tema político

El tema no es sólo estético. Durante dos años, la belleza de la capital se ha convertido en un tema político importante. Anne Hidalgo se encontró bajo el fuego cruzado de la derecha, encabezada por Rachida Dati, y los residentes descontentos se reunieron bajo el hashtag #saccageparis. Tras gritar a la cábala, el alcalde socialista acabó admitiendo la realidad de la mayoría de los miles de casos identificados por #saccageparis de jardineras convertidas en vertederos, cruces peligrosos, fuentes secas, etc. “Aunque estas críticas sean a menudo excesivas, nos han empujado y estimulado a ir más rápido, admite Emmanuel Grégoire. Lo que irrita a #saccageparis también nos irrita a nosotros. »

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