La Corte Constitucional del Perú anunció en sentencia, el jueves 17 de marzo, restablecer “los efectos de la resolución suprema de 24 de diciembre de 2017 que otorgó el indulto humanitario, y dispone [la] liberación » del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000), condenado en 2009 a veinticinco años de prisión por delitos de lesa humanidad y corrupción.
Siendo firmes las decisiones judiciales, se restablece así el indulto concedido en la Nochebuena de 2017 al entonces presidente, Pedro Pablo Kuczynski (2016-2018), por motivos humanitarios y se espera que el exjefe de Estado salga de la cárcel en Los siguientes dias.
En octubre de 2018, la justicia peruana había anulado este indulto y devuelto, en enero de 2019, al señor Fujimori a prisión. “Volver a prisión es una sentencia de muerte lenta y cierto»dijo en su momento el señor Fujimori, ahora de 83 años y quien sufre de muchos problemas de salud.
Alberto Fujimori había gobernado Perú con puño de hierro, antes de enfrentar una creciente oposición y huir a Japón, de donde es su familia, en noviembre de 2000; había anunciado por fax que renunciaba a su mandato. Tras ser extraditado de Chile en 2007, fue declarado culpable por los tribunales peruanos de crímenes de lesa humanidad por haber ordenado dos masacres perpetradas por un escuadrón de la muerte en 1991-1992, como parte de la lucha contra la guerrilla maoísta Sendero Luminoso.
“Decisión muy abierta”
El jueves, tres jueces votaron a favor de su liberación y tres en contra, pero la voz del presidente de la Corte Constitucional es preponderante. “La regla dice que cuando hay empate, el voto del presidente cuenta doble o es de calidad”explicó a la Agence France-Presse (AFP) una fuente judicial.
“Fue una decisión muy abierta, muy intensa, con dos posiciones radicalmente diferentes” en torno a la cuestión de «motivo de salud»declaró a RPP radio uno de los seis magistrados de la corte, Eloy Espinoza, quien dijo hablar en contra de la liberación del exmandatario.
El señor Fujimori es el único recluso del pequeño penal de Barbadillo, ubicado en el cuartel de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía en Lima Oriente, a donde regresó el lunes luego de 11 días en una clínica para tratamiento de problemas cardíacos. Su familia había solicitado reiteradamente, sin éxito, su liberación por motivos de salud.