Petróleo: Putin responde a los topes de precios europeos


La disputa entre Moscú y Occidente por las exportaciones de petróleo ruso se está volviendo más clara, y todo indica que será larga. El martes 27 de diciembre, el Kremlin dio a conocer su respuesta al mecanismo de tope de precios adoptado a principios de este mes por la Unión Europea (UE), el G7 y Australia.

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Un ukase firmado por el presidente Vladimir Putin prohíbe la venta de petróleo ruso a todas las entidades (“personas jurídicas extranjeras y otras personas físicas”) que cumpliría con este mecanismo. Esta prohibición entrará en vigor el 1ejem febrero de 2023, y se espera que dure hasta el 1ejem julio.

El casquete occidental se decidió el 5 de diciembre. Prohíbe a empresas europeas, americanas, británicas, canadienses, japonesas y australianas prestar servicios que permitan el transporte marítimo (fletes, seguros, etc.) de petróleo ruso a terceros países en caso de que el precio supere el tope de 60 dólares (56 euros ) barril.

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Esta decisión, que Kyiv o Varsovia habían considerado demasiado modesta -el precio techo está cerca del precio del petróleo ruso, crudo de los Urales, a 65 dólares el barril-, completa una medida más radical: el embargo total del crudo ruso que La UE, los países del G7 y Australia se aplican a sí mismos, también entró en vigor el 5 de diciembre. El objetivo en ambos casos es reducir la capacidad de Moscú para financiar su «operación especial» en Ucrania.

Reorientación de la geopolítica mundial del petróleo

La parte rusa había tomado represalias primero, a finales de la semana pasada, amenazando con reducir su producción, a principios de 2023, en un volumen de 500.000 a 700.000 barriles por día (alrededor del 5% al ​​7% del total), para hacer subir los precios. El ucase presidencial firmado el martes constituye, por tanto, la segunda etapa de esta respuesta a las ofensivas occidentales. Si confirma, sin sorpresa, la voluntad del Kremlin de no ceder nada, los observadores, del lado ruso, insisten más bien en su carácter limitado. El punto 4 del documento abre la puerta a exenciones, por decisión presidencial. Los europeos también habían insinuado posibles relajamientos.

Luego, el texto se refiere a la prohibición de que las entidades operen sobre la base de contratos que mencionan explícitamente la limitación occidental. Por tanto, podría ser suficiente que estas entidades -empresas nacionales de terceros países o intermediarios occidentales- no muestren abiertamente que aplican el techo occidental, para escapar a la prohibición rusa..

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