La hija de Georgina, cuyo nombre aún es ultrasecreto, es sorprendida la mañana de su día especial con una mini torta en el restaurante del hotel. Luego, ella y su mamá van a la piscina, donde la temperatura ronda los 37 grados. Allí ya le espera la próxima sorpresa para el recién horneado bebé de un año: globos rosas por parte del personal y una extensa serenata.
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Pero Georgina también se lo está pasando bien. “Porque hoy no solo es el cumpleaños del bebé, sino también el día de la mamá, ahora me estoy dando un masaje”, dice feliz en su historia de Instagram. A esto le sigue una cena de lujo, donde la mujer de 32 años cierra el día emocionante con amigos y su pequeña hija. (dga)