Donde la película de 2023 tiene éxito es en una experiencia emocional y de textura visceral. Las texturas de «Priscilla» parecen tan reales: la alfombra peluda, las pestañas postizas. El comienzo es emocionante y romántico, la mitad es una montaña rusa de peligro y emoción, y el final está definido por una distancia creciente. La partida de Priscilla se siente muy fría. Si bien esto emula con éxito su distanciamiento, también parece demasiado fugaz: este momento crucial de la película, al igual que el matrimonio en sí, no se mantuvo. Compararla con la misma escena de «Elvis» de Baz Luhrmann proporciona un contraste interesante. La escena de Luhrmann se cuenta a través de la lente de Elvis y, por lo tanto, ocurre como una trágica catástrofe que marca el principio del fin. En «Priscilla», este agridulce adiós es el comienzo de una nueva vida llena de esperanza y autodeterminación.
La relación central de «Elvis» -entre la estrella del pop y el coronel- se ve sólo de forma periférica en «Priscilla». Los hombres dominantes en su vida rondan los bordes de la pantalla como un espectro. Incluso su padre sólo parece dar órdenes a alguien de vez en cuando. Habitan los rincones de la vida de Elvis, controlándolo desde las sombras, tal como Priscilla tira de su corazón desde el borde del encuadre en «Elvis».
Priscilla Presley es productora ejecutiva de esta película, que se basa en gran medida en sus memorias «Elvis and Me». Este relato de su experiencia vivida está firmado conjuntamente por la propia Presley, y el hecho de que los creadores se resistieron a una agenda de terceros del patrimonio de Elvis o de otros lugares es palpable. La estrella del pop pasa de ser un héroe romántico a un hombre patético. No es ni un monstruo ni un santo en esta película. Al evitar la grandilocuencia moral, «Priscilla» proporciona más claridad sobre el personaje de Elvis que la interpretación de Luhrmann del Rey, prestándose a la autenticidad de la película de Coppola.
/Valoración de la película: 6,5 sobre 10