Quizás lo único tan famoso como «Blade Runner» es lo mucho que Scott y la estrella de la película, Harrison Ford, odiaban trabajar en él. Ford, que es uno de los mayores competidores de Scott por el título de «El tirador más directo de Hollywood», nunca ha dejado de quejarse de su experiencia durante la producción o de las diversas quejas que tuvo con la película durante la posproducción. El rodaje tampoco fue exactamente un viaje de placer para Scott:
«[The shoot] Fue una muy mala experiencia para mí. Tuve socios horribles. Tipos financieros, que me estaban matando todos los días. Había tenido mucho éxito en la gestión de una empresa y sabía que estaba haciendo algo muy, muy especial. Así que nunca aceptaría un no por respuesta. Pero no entendían lo que tenían. Lo filmas, lo editas y lo mezclas. Y cuando llegas a la mitad, todos dicen que es demasiado lento. Tienes que aprender que, como director, no puedes escuchar a nadie. Sabía que estaba haciendo algo muy, muy especial. Y ahora es una de las películas de ciencia ficción más importantes jamás realizadas y de la que todo el mundo se alimenta. Cada maldita película.»
La falta de humildad de Scott es ciertamente (a falta de una mejor manera de expresarlo) propia de él, pero esa es una de las ventajas que conlleva dirigir una película de ciencia ficción genuinamente histórica. Incluso hasta el día de hoy, Scott no puede resistirse a criticar a los críticos que desestimaron «Blade Runner»:
«No había visto ‘Blade Runner’ en 20 años. De verdad. Pero acabo de verlo. Y no es lento. La información que llega a ustedes es muy original e interesante, habla de creaciones biológicas y minería fuera del mundo, que , en aquellos días, decían que era una tontería. Yo digo: ‘Vete a la mierda'».