En Ternay, en las afueras de Lyon, las autoridades decidieron instalar piedras en una carretera para poner fin a los rodeos urbanos que se realizaban todos los fines de semana desde hacía varios años.
Una solución radical pero necesaria para devolver la tranquilidad a los vecinos. Para el alcalde de la localidad de Ternay, ubicada en el Ródano, la instalación de rocas en un camino recorrido por los aficionados al rodeo urbano era la única forma de detener la molestia.
“Durante dos buenos años, el malestar fue más que considerable. Recibí en mi oficina gente colapsada, que no aguantó más. Era una vida terrible para esta gente cuando las motos estaban en el lugar”, explica el alcalde de la localidad a CNEWS.
La operación de instalación de las rocas en la calzada costó cerca de 30.000 euros, sufragados íntegramente por la empresa nacional del Ródano, encargada del mantenimiento de la vía.