«Se ha violado la ley»: enfado en Carnac tras la destrucción de menhires a beneficio de una tienda de bricolaje


Charles Guyard (en Carnac) / Crédito de la foto: RONAN HOUSSIN / HANS LUCAS / HANS LUCAS VÍA AFP

La ciudad de Carnac en Morbihan pronto podría albergar una tienda Monsieur Bricolage. Pero para preparar el sitio, se destruyeron unos cuarenta menhires, que hacen la reputación de la ciudad bretona, después de que el municipio haya emitido el permiso de construcción.

Señor bricolaje corre el riesgo de hacerse algunos enemigos en Carnac. Porque su establecimiento en la comuna se hizo en perjuicio de unos cuarenta piedras de pie erigida sobre el famoso sitio arqueológico de esta ciudad de Morbihan. Un ballet de retroexcavadoras y volquetes se encargó de destrozar estas piedras para poner en marcha la construcción de una flamante tienda para la que el ayuntamiento había dado el visto bueno. En Bretañala polémica crece ya que el establecimiento recibirá a sus primeros clientes en unos meses.

Para Christian Obeltz, investigador del CNRS y apasionado de la arqueología, esta construcción es un «verdadero escándalo». Porque antes de ser evacuados, estos cuarenta menhires salpicaron este solar durante casi ocho milenios. «Eran menhires pequeños. ¡Pero precisamente! Eran tanto más preciosos cuanto que los más pequeños son a menudo los más antiguos. Se ha violado la ley. Cualquier destrucción de sitio arqueológico está terminantemente prohibido», se burla.

«Todo fue escrupulosamente respetado»

El área en cuestión era precisamente parte de un conjunto de sitios megalíticos identificados en Carnac para ingresar al Patrimonio Mundial de la UNESCO. Un expediente llevado por el alcalde, Olivier Lepick, quien sin embargo concedió el tan vilipendiado permiso de construcción.

Pero el procedimiento se llevó a cabo de acuerdo con las normas, asegura el interesado a Europa 1. «Todo se respetó escrupulosamente. Pero, francamente, en Carnac, tan pronto como excavas, te encuentras con hogares neolíticos. Y en el 99 % de los casos, los arqueólogos no van allí porque no tiene ningún valor. Si hubiera habido un incumplimiento de las normas, el Drac (dirección regional de asuntos culturales) nos habría caído con las armas cortas”, asegura. La institución en cuestión aún no ha reaccionado.



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