Seguro que no parece que el síndrome de La Habana sea culpa de Rusia


Marines de EE. UU. frente a la Embajada de EE. UU. en La Habana, el 21 de febrero de 2018.
Foto: ADALBERTO ROQUE/AFP vía Getty Images

Una nueva y completa evaluación de la inteligencia de EE. UU. del “síndrome de La Habana”, la misteriosa serie de síntomas que sufren los diplomáticos estadounidenses en todo el mundo desde 2016, descubrió que no fue causado por Rusia, Cuba o cualquier otro adversario extranjero. Tampoco, dice el informe, las dolencias resultaron de un arma de energía dirigida.

La conclusión del informe, publicado por primera vez en Washington Correo el miércoles, no es una sorpresa dado que nunca antes había surgido ninguna prueba de la infamia extranjera. Pero constituye la palabra más autorizada sobre lo que se ha convertido en un tema controvertido. Y no es ambiguo, por el Correo:

Siete agencias de inteligencia participaron en la revisión de aproximadamente 1,000 casos de “incidentes de salud anómalos”, el término que usa el gobierno para describir una constelación de síntomas físicos que incluyen zumbidos en los oídos seguidos de presión en la cabeza y náuseas, dolores de cabeza y molestias agudas.

Cinco de esas agencias determinaron que era «muy poco probable» que un adversario extranjero fuera responsable de los síntomas, ya sea como resultado de acciones intencionadas, como un arma de energía dirigida, o como subproducto de alguna otra actividad, incluida la vigilancia electrónica que involuntariamente podría haber enfermado a la gente, dijeron los funcionarios. Hablaron bajo condición de anonimato para describir los hallazgos de la evaluación, que aún no se han hecho públicos.

Las agencias no pudieron localizar un patrón consistente entre los casos a lo largo de los años; no encontró evidencia de que Rusia, Cuba o cualquier otro gobierno extranjero supiera que se estaban produciendo los ataques; y concluyó que varios de los incidentes habían ocurrido en lugares donde sería casi imposible colocar un arma de energía dirigida. Algunos expertos han considerado que la explicación de la energía dirigida es inverosímil dentro de los límites de la tecnología actual, aunque un panel de inteligencia el año pasado concluyó que era la causa más probable del síndrome de La Habana.

en un declaración, El director de la CIA, Bill Burns, dijo: “Mi equipo de liderazgo y yo respaldamos firmemente el trabajo realizado y los hallazgos”.

El problema comenzó en 2016, cuando varios diplomáticos que trabajaban en la Embajada de los Estados Unidos en La Habana comenzaron a experimentar síntomas, como zumbidos en los oídos y dolores de cabeza, que iban desde irritantes hasta debilitantes. Para algunos, los síntomas persistieron y resultaron en discapacidades continuas que los dejaron incapaces de trabajar o vivir como antes. Pronto, dolencias similares se extendieron entre los diplomáticos estadounidenses de todo el mundo, desde Guangzhou hasta Viena e incluso la Casa Blanca. Proliferaron las teorías sobre lo que lo estaba causando, y una industria artesanal de artículos de revistas y podcasts de formato largo ha tratado de resolver el tentador misterio, sin éxito.

¿Fueron ataques energéticos dirigidos instigados por Cuba o Rusia? ¿Fue un actor no estatal? O, una teoría que ganó fuerza en los últimos años, ¿era el síndrome de Havana una enfermedad psicógena, lo que significa que los síntomas son muy reales, pero los orígenes son psicosomáticos?

El informe del miércoles, sin duda, fortalecerá esa tesis, incluso cuando algunos de los que sufren, que enfrentan años de penurias, insisten en que fueron atacados. (Cualquiera que sea la causa, el gobierno de EE. UU. aprobó una ley para compensar a algunos de los que han estado experimentando síntomas).

Pero el intenso interés que los casos han generado en el gobierno y los medios probablemente signifique que no hemos escuchado el último de estos extraños episodios.





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