“Siempre me he fijado en los precios, pero aquí lo hago dos veces”


En Nicodème, un acogedor café asociativo en el centro de Grenoble, la sopa de verduras casera cuesta 1 euro, el plato del día -un chili con carne- 1,20 euro y el postre, 80 céntimos. Brahim, 66 años, sombrero y carita dulce, se reúne allí con amigos de vez en cuando, «calma la soledad» y el lo aprecia «en esta ciudad los pobres siempre tienen donde comer». Sin embargo, él prefiere » desenvolverse «, aunque cada vez es más difícil con su alquiler que ha subido 40 euros y la inflación de dos dígitos en los productos de alimentación mientras, a la espera de su jubilación, vive de la renta activa solidaria (RSA). Como la mayoría de las personas que conoció ese día, no quiso especificar su apellido ni que le tomaran una foto. Por otro lado, discute de buena gana. En su voz apacible de narrador expresa su ira contra los corruptos y su amor por los artistas. Coluche, dejó los Restos du Coeur. Los políticos, ¿qué hacen por el pueblo? »

Café Nicodème sirve comidas de bajo costo todos los almuerzos, de lunes a viernes, en el centro de Grenoble.  Aquí, 22 de febrero de 2023.

Nicodème es una de las cerca de 6.000 asociaciones, centros comunitarios de acción social y colmados solidarios que se abastecen de los bancos de alimentos. Estas estructuras, que ofrecen comida gratis o a bajo precio, acogieron a 2,4 millones de personas en 2022, según el estudio semestral de bancos de alimentos, hecho público el lunes 27 de febrero. Esta cifra se ha triplicado en diez años y el aumento se acelera: llegó al 10% en 2022, es decir, tanto como la acumulación de los dos años de crisis sanitaria. “Más de la mitad de las personas a las que apoyamos creen que la subida de precios es la principal causa del deterioro de su situación económica, por delante de la pérdida de empleo, enfermedad, separación…advierte el director federal de bancos de alimentos, Laurence Champier. El 67% dice que no podría prescindir de la ayuda alimentaria, un aumento de 15 puntos en dos años. Y sus perfiles son cada vez más variados. »

Como Brahim, el 94% de las personas apoyadas por los bancos de alimentos vive por debajo del umbral de la pobreza, fijado en 1.128 euros para personas aisladas. Como él, el 41% vive solo, 4 puntos más en dos años, y el 42% tiene entre 51 y 69 años (+3 puntos). En una mesa cercana, nos encontramos con Armine, una ex secretaria contable de 71 años. Debido a su pequeña pensión y al aumento de los precios, está «Buscando los lugares correctos», mientras prefiero «deja los Restos du Coeur para aquellos que no pueden pagar». Los jubilados de los que forma parte representan el 17% del público de los bancos de alimentos: es menos que los parados (27%), pero tanto como los ocupados. “Entre estos últimos, crece el porcentaje de los que tienen contrato indefinido, alcanzando el 60%”subraya Laurence Champier.

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