«Corona»: Sr. Hosp, ¿cómo ve el futuro del efectivo?
Julián Hosp: No uso efectivo, lo odio. Es lento y sucio. La única ventaja es que tengo la máxima privacidad. Si además combino esto con una moneda digital, esa sería la solución. Sin embargo, estoy en contra de la abolición del efectivo porque amo la libertad. Si me diera cuenta de que había restricciones, cambiaría al efectivo y estaría agradecido de que existiera.
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