El condado de Maui ha acusado a la compañía de energía Hawaiian Electric de mantener mal las instalaciones y de no cerrar la red eléctrica, a pesar de que la oficina meteorológica emitió una advertencia de «bandera roja» para la cadena de islas hawaianas.
Electricistas reparan líneas eléctricas que conducen a la ciudad de Lahaina, devastada por un incendio, en la isla de Maui en Hawaii.
(dpa)
Dos semanas después de que estallaran los devastadores incendios en el estado americano de Hawaii, en los que murieron más de 100 personas, el distrito de Maui presentó una demanda contra el proveedor de electricidad local. En él, la autoridad acusa, entre otras cosas, de negligencia a la empresa energética Hawaiian Electric. El grupo no logró cortar la red eléctrica, aunque la agencia meteorológica había emitido previamente una alerta de «bandera roja» para la cadena de islas hawaianas por el alto riesgo de incendio, favorecido por la sequía, las altas temperaturas y los fuertes vientos.
El distrito también acusa a la empresa de mantener mal y descuidar los postes de energía y otras instalaciones. Según un comunicado, la caída de cables eléctricos prendió fuego a la vegetación seca, provocando el incendio. Los incendios de Maui destruyeron más de 2.200 edificios y causaron daños materiales estimados en 5.500 millones de dólares. El distrito solicita una indemnización por daños y perjuicios por un monto no revelado. Ya hay quejas de los vecinos contra la empresa.
Los incendios forestales y de matorrales estallaron el 8 de agosto en varios lugares de Maui y la vecina isla de Hawaii. Medidos por el número de víctimas, estos fueron los incendios más graves ocurridos en EE. UU. en más de 100 años. Al menos 115 personas perdieron la vida en la ciudad de Lahaina, casi completamente destruida. Los socorristas continúan registrando los edificios incendiados con perros detectores de cadáveres y es probable que el número de víctimas aumente.
En California, los proveedores locales de energía fueron demandados después de grandes incendios forestales. La empresa PG&E se declaró culpable de un devastador incendio forestal en el pueblo de Paradise en 2020 que mató a más de 80 personas. En noviembre de 2018 se quemaron allí más de 13.000 casas. El incendio se atribuyó a líneas eléctricas defectuosas. Los fuertes vientos ayudaron a que las llamas se propagaran rápidamente. El grupo tuvo que pagar miles de millones en multas e indemnizaciones. En condiciones climáticas extremas con mayor riesgo de incendio, ahora la electricidad se corta con mayor frecuencia como medida de precaución.