Es cierto que es un comentario un poco extraño, ya que el viaje en el tiempo en «Endgame» realmente no funciona como lo hizo en «Prisionero de Azkaban». En «Azkaban», todo lo que Harry y Hermione hicieron en su viaje al pasado resultó haber sucedido realmente. No cambiaron nada de lo que veríamos en la pantalla; simplemente arreglaron cosas fuera de la perspectiva del primer Harry sin ser vistos. Mientras tanto, «Endgame» trabaja con la idea de que cada cambio en el pasado crea un universo paralelo. Nada de lo que hacen nuestros héroes cambia su línea de tiempo actual.
Sin embargo, lo que las dos películas tienen en común es la forma en que presentan el viaje en el tiempo de una manera sorprendente y catártica. La revelación de Ant-Man sobre el viaje en el tiempo es el momento de mayor expectación, donde el humor sombrío del primer acto de la película disminuye y nuestros afligidos personajes vuelven a experimentar esperanza por primera vez en mucho tiempo. Del mismo modo, hay algo particularmente emocionante en el discurso codificado de Dumbledore a Hermione en «Azkaban», donde le da permiso para finalmente usar su giratiempo para algo más que la tarea.
Es un momento genial en parte porque es la primera vez que vemos a Hermione y Dumbledore interactuar, y en parte porque vale la pena la trama secundaria en curso de las misteriosas reapariciones de Hermione en clase. Pero sobre todo es porque este es el momento en el que nos damos cuenta de que la esperanza no se pierde. Ya habíamos hecho las paces con la muerte de Buckbeak y la aparentemente inevitable ejecución de Sirius Black, pero de repente nos dicen que, después de todo, no tenemos que aceptar esa sombría realidad.