Viaje al corazón de la cueva de Ali Baba en el Cirque d’Hiver-Bouglione


María Gicquel

El Cirque d’Hiver-Bouglione celebra este año su 170 aniversario. El circo más antiguo del mundo regresa con un espectáculo «Fantasía» que comienza este fin de semana. Para celebrarlo, Europa 1 se coló en el museo del circo, un lugar confidencial, abierto al público los primeros sábados de mes.

Fotos de la boda de la familia Bouglione, sillas de montar para caballos hechas por Paco Rabanne, un tigre disecado y cientos de disfraces de payasos… El museo Cirque d’Hiver-Bouglione está lleno de tesoros, protegidos en este espacio bastante estrecho, situado encima del circo. anillo. Louis-Sampion Bouglione es el guardián de los lugares y la memoria de esta gran familia circo : «Estamos en la antigua casa de fieras, es muy tranquila, ¡un lujo tener este lugar en medio de París!».

El escenario carece de espacio: las paredes están revestidas de carteles de circo -desde el suelo hasta el techo-, las ventanas rebosan de máscaras de pantomima y baratijas y los pasillos están poblados por disfraces de payasos del siglo pasado… La impresión de ser un elefante en una tienda de porcelana! Entre las pepitas, los palos del mayor malabarista del siglo XX, Rastelli, conocido por hacer malabares y saltar la cuerda al mismo tiempo: «Algunos artistas se arrodillan delante o lloran», confiesa Louis-Sampion Bouglione.

«No nos oponemos al derribo del Cirque d’Hiver», el fuelle de André Malraux

Otro recuerdo, menos feliz, una carta de André Malraux entonces Ministro de Cultura. «A fines de la década de 1950, mi abuelo tenía dificultades para mantener el circo de inviernocon sus palabras à la Gabin, había pedido ayuda al Ministerio de Cultura, precisando que sin ayuda, se vería obligado a destruir el circo y Malraux había respondido: ‘No nos oponemos a la demolición del circo de invierno. ‘» Un desafío cuando sabes que el edificio ha sido clasificado como monumento histórico.

Algunas piezas han sido encontradas, otras provienen de las reservas de la familia. El proyecto de esta cueva de Alí Babá es encontrar un lugar, en París o en Provincias, para presentar este recuerdo del circo y los cientos de piezas rarísimas.



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