El alcalde de Boulogne-sur-Mer, Frédéric Cuvillier, acudió allí por la noche con otros «para valorar las consecuencias de este acto de vandalismo que no es, a priori, una orden de protesta sino que parece fruto de un gesto de locura».
«En espera de las conclusiones de la investigación y la estimación de los daños perpetrados, aseguro mi apoyo y el de la Ciudad, el Obispo, el Decano, la comunidad católica, así como los miembros de la asociación Catedral y los defensores de la patrimonio que se invierten a diario para dar vida y hacer brillar esta joya de nuestro patrimonio esta noche».escribió el concejal de la ciudad el martes por la noche en Facebook.