Una vez más un hombre destacado se enfrenta a supuestos incidentes del pasado.
Poco después de que las acusaciones se hicieran públicas, Russell Brand actuó en el Troubadour Wembley Park Theatre de Londres. La toma lo muestra después del programa de comedia.
Durante años cultivó la imagen de chico malo. El comediante, actor y autopromotor británico Russell Brand celebró la vida rápida y a sí mismo en el papel de un dandy propenso a los excesos en sus espectáculos y libros.
Durante años fue un éxito entre el público. Ahora está acusado de varios casos de abuso, intento de violación y agresión sexual en una emisión del Canal 4 británico y según una investigación del Sunday Times. Se dice que ocurrieron entre 2006 y 2013. Brand hasta ahora ha negado todas las acusaciones y dice que todas las relaciones fueron consensuales. Mientras tanto, la Policía Metropolitana ha comenzado a investigarlo.
Brand es uno de varios hombres prominentes que han sido acusados de comportamiento sexual abusivo años después de los presuntos incidentes. El cantante de Rammstein, Till Lindemann, y el actor Kevin Spacey todavía están frescos en nuestra memoria. Los rumores circulan y se desbordan, las declaraciones se contradicen, cada vez más víctimas se presentan y algunos casos terminan en los tribunales.
Predicador de opinión oscuro
Por regla general, el daño a la reputación de los hombres es irreparable, incluso si no se puede demostrar su culpabilidad. Las acusaciones contra el director Woody Allen, que había sido absuelto años antes por decisión judicial, volvieron a estallar más tarde, independientemente de la situación fáctica que la ley examinó cuidadosamente. Otros casos también son claros. Harvey Weinstein, por ejemplo, es un criminal convicto que arruinó vidas.
La prominencia de los involucrados beneficia al movimiento #MeToo y beneficia a la prensa. El negocio de los titulares está en auge en Inglaterra, el nuevo escándalo sexual que rodea a Brand estuvo en todas las portadas de las ediciones del lunes. El comediante es un candidato bienvenido para la última edición de esta historia. Su época como favorito del público ha quedado atrás.
De presentador de la BBC y animador convencional pasó a ser un oscuro predicador de opinión en canales de Internet en los que difundía teorías de conspiración: atacó a Joe Biden y Barack Obama, a la BBC, al gobierno estadounidense y al sistema sanitario británico con acusaciones absurdas. Entre los que ahora defienden a Brand se encuentran Elon Musk, el presentador estadounidense de derecha Tucker Carlson, así como el influencer Andrew Tate y su hermano Tristan; está pendiente un juicio por explotación sexual contra el hermano y la hermana.
Alguna vez fue un “orgullo de Gran Bretaña”: Russell Brand en los premios Pride of Britain Awards 2014 en Londres.
Sexo con cientos de mujeres
Brand se había jactado públicamente de ser un bon vivant que escapó de una mala infancia en una monótona ciudad de provincias de Essex, se convirtió en una estrella, controló las adicciones al alcohol y las drogas y luego añadió a las mujeres como la siguiente droga en su lista de adicciones. Dijo que tuvo relaciones sexuales con cientos de mujeres para refinar aún más su imagen. Pero la máscara de la franqueza hedonista hacía tiempo que se había caído.
Para proteger a las mujeres de él, los equipos de televisión que lo rodeaban estaban integrados por hombres. Brand había bromeado con el artista Jimmy Savile, cuyos crímenes de abuso sólo salieron a la luz póstumamente, que enviaría a una empleada desnuda a Savile a petición suya.
Una mala broma a costa del actor Andrew Sachs (Manuel en “Fawlty Towers”) provocó un escándalo en 2008. En ese momento, Brand había dejado una serie de mensajes vulgares en el contestador automático del hombre de 78 años en un programa de radio. Uno de ellos dijo que él, Brand, tuvo relaciones sexuales con la nieta de Sachs. Años más tarde, Sachs habló de lo traumatizados que estaban él y su familia por el caso. «No tienes que tener miedo de tu propia sexualidad», dijo una vez Russell Brand a un invitado de un programa de entrevistas. «Pero antes que el mío».