En Alemania, el Tribunal Constitucional llama al Gobierno al orden en materia presupuestaria


El desaire no podría ser más mordaz para el gobierno de Olaf Scholz. El Tribunal Constitucional alemán invalidó, el miércoles 15 de noviembre, una controvertida maniobra presupuestaria llevada a cabo por Berlín al inicio de la legislatura para financiar sus reformas. A finales de 2021, el Gobierno utilizó un saldo presupuestario de 60.000 millones de euros, inicialmente destinado a la lucha contra la pandemia de Covid-19, para abastecer un “fondo de transformación y clima”. Denunciado por la oposición demócrata cristiana como un “juego de manos presupuestario”los jueces de Karlsruhe declararon inconstitucional la operación.

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La decisión tan esperada tiene importantes consecuencias para Alemania. Inmediatamente, sume al gobierno de Olaf Scholz, ya muy dividido en cuestiones presupuestarias, en una crisis política. La credibilidad del Ministro de Finanzas, el liberal Christian Lindner, heraldo de la disciplina presupuestaria, está dañada. Los gastos realizados con cargo al fondo, que se ha utilizado para financiar subsidios masivos y planes de descarbonización durante dos años, tienen su base legal declarada nula. Sin embargo, el ministro de Economía, Robert Habeck, subrayó el miércoles que se cumplirán todas las promesas de compromiso financiero. Lindner anunció el desarrollo de un nuevo plan financiero.

A más largo plazo, la decisión constituye una llamada al orden del juez constitucional contra cierta creatividad alemana en materia presupuestaria durante tres años, que le había permitido eludir sus propias normas sobre deuda. De hecho, desde 2011, Alemania está sujeta al mecanismo constitucional del “freno de la deuda”, que limita el déficit presupuestario anual autorizado por el Estado federal al 0,35% del producto interior bruto (PIB), salvo en caso de una crisis. Esta cláusula excepcional se utilizó durante la crisis del Covid-19: gracias al levantamiento del sistema, entre 2020 y 2023, Berlín pudo endeudarse mucho más allá del límite autorizado en tiempos normales para financiar los gastos relacionados con la pandemia…. pero no sólo eso.

Una cierta hipocresía

El famoso “fondo de transformación y clima”, creado con 60.000 millones de euros prestados en 2021 para hacer frente a las consecuencias de la crisis sanitaria, se ha convertido así en la principal herramienta de inversión de la coalición. Este cambio de destino fue validado por los diputados en 2022, con carácter retroactivo. Sin embargo, los jueces dictaminaron que era inconstitucional, recordando que no es legal pedir dinero prestado para una determinada causa y luego utilizarlo para otra. Que los “fondos especiales” no puedan utilizarse para eludir el freno de la deuda y que«Según el principio de anualidad, los créditos sólo pueden utilizarse hasta el final del ejercicio presupuestario».

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