«Estoy ante ti hoy (…) decirles que este mandato será el último como líder de los republicanos”, anunció el miércoles 28 de febrero el senador estadounidense Mitch McConnell. Por tanto, a sus 82 años, dejará el cargo en noviembre.
“Al pensar en el momento en que anunciaría novedades al Senado, siempre imaginaba un momento en el que estaría completamente lúcido y sereno sobre el resultado de mi trabajo. Un momento en el que estaría seguro de haber contribuido a preservar los ideales en los que tanto creo. Este momento ha llegado hoy”añadió el senador de Kentucky, que sin embargo deseaba completar “en otro asiento” su mandato, que expira en enero.
Este discurso sorpresa fue recibido con ovaciones de pie por parte de funcionarios electos de ambos lados de la Cámara Alta. Presidente indiscutible del grupo republicano en el Senado desde 2015, Mitch McConnell se encontró en primera línea de la lucha contra las políticas de la administración del presidente demócrata Barack Obama (2009-2017), pero también para apoyar a Donald Trump, que llegó a poder en enero de 2017.
Desde hacía varios meses, su estado de salud era motivo de preocupación. Este verano fue víctima de dos largas bajas en un mes. En marzo, el senador de Kentucky fue hospitalizado después de una caída durante una cena privada que lo dejó con una conmoción cerebral, una costilla rota y casi seis semanas de baja. A pesar de ello, Mitch McConnell se negó categóricamente a dimitir.
«Sepulturero»
Mitch McConnell no explicó los motivos que le llevaron a esta decisión, pero mencionó la reciente muerte de la hermana menor de su esposa, lo que le impulsó a la introspección. “El final de mis aportaciones está más cerca de lo que quería”añadió.
Durante años reivindicó con avidez el apodo de “Sepulturero”, acostumbrado a enterrar las esperanzas de sus adversarios democráticos. En la cámara alta del Congreso, trabajó duro para promover una agenda conservadora, incluido el nombramiento de magistrados de la Corte Suprema que en 2022 anularon la protección constitucional del aborto.
En los últimos años, este paciente negociador en la sombra se ha distinguido también como uno de los mayores defensores de la ayuda estadounidense a Kiev, obligado a lidiar con un partido sacudido por Donald Trump y que adopta posiciones cada vez más aislacionistas.
Este cambio radical ha quedado patente en las últimas semanas, con el bloqueo de una dotación de 60.000 millones de dólares para Ucrania, en guerra con Rusia desde febrero de 2022.
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Con sus trajes anticuados que se podría pensar que provienen de un guardarropa de los años 1970, siempre ha cultivado una imagen austera, incluso rústica, sólo comparable a su reputación como estratega político. Bajo la presidencia de Joe Biden, un hombre con el que trabajó durante años en el Senado, también trabajó para adoptar varios proyectos importantes apoyados por ambos partidos.