François Ruffin y Raphaël Glucksmann, entre Amiens y Charleroi, dos visiones de Europa


En enero, las dos figuras emergentes de la izquierda mostraron sus diferencias ideológicas a través de un intercambio epistolar con contrastes moteados. En su misiva, el diputado de La Francia Insumisa (LFI) del Somme, François Ruffin, había comparado a Raphaël Glucksmann con “una élite que avanza con arrogancia”, «inconsciente», según él, de los estragos de la Unión Europea en la industria, encarnados por las deslocalizaciones, de Whirlpool a Delsey pasando por Goodyear. El eurodiputado, cabeza de lista del Partido Socialista (PS) para las elecciones europeas (UE) del 9 de junio, le respondió unos días después reprochándole su “aproximaciones” y sus “caricaturas”. Dos meses después, con veinticuatro horas de diferencia y 200 kilómetros de distancia, el dúo protagonizó un nuevo episodio de este duelo a distancia, esta vez sobre tierra.

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El martes 26 de marzo eran las 8:13 horas cuando Raphaël Glucksmann abordó el Thalys que lo llevó a Bélgica. Su amigo, el presidente del PS belga francófono Paul Magnette, lo invitó a Charleroi para visitar una fábrica local, recientemente rebautizada como Wallglass. Valonia, como el norte de Francia, ha sido devastada por la desindustrialización y la tasa de desempleo es alta. Paul Magnette quiere demostrar que esto no es inevitable. “Aquí está el buen ejemplo”, elogia al socialista belga. La empresa fue comprada en octubre de 2023 por Pepe Strazzante, ex trabajador y activista sindical, especializado en la adquisición de empresas en quiebra. En pocos meses, Wallglass logró reorganizarse y orientar su clientela del sector del automóvil hacia la gama alta. Incluso volvió a contratar. La empresa estudia ahora su diversificación hacia el montaje de paneles fotovoltaicos.

Pluma en mano, Raphaël Glucksmann toma notas. “Se presentan los activos, pero ¿qué pasa con los precios? », pregunta el eurodiputado, consciente de que el mercado está dominado en un 95% por los fabricantes chinos. La empresa cuenta con el reglamento europeo para una industria “neto cero”, que supuestamente promoverá la energía limpia y complementará el “Green Deal”. Para Wallglass, el camino todavía está plagado de obstáculos, pero Glucksmann les promete que los socialdemócratas estarán allí. “No sabemos exactamente cómo será. Dependerá de las elecciones”jura.

“Profundizar” la Unión Europea

Visitamos ahora las líneas de producción: las máquinas herramienta de Wallglass, utilizadas en el diseño de los parabrisas, son inventadas y fabricadas in situ por trabajadores internos, una forma de preservar la especificidad frente a la competencia. Este know-how despierta la admiración del candidato, que sueña con repatriar todas las cadenas de valor a Europa. Como la producción de polisilicio, material básico de los paneles fotovoltaicos, ahora importado de China.

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