“La importancia del conflicto palestino-israelí no es una quimera, también es parte de un todo”


TIENE En cada etapa del conflicto palestino-israelí, hay llamados a no importarlo a Francia. Pero también repetimos que, desde la segunda Intifada (2000), la violencia antisemita se ha extendido hacia los jóvenes de origen árabe-musulmán, mientras que la extrema derecha ha renunciado a la violencia.

Sin embargo, sobre la base de los archivos policiales sobre la violencia política y la violencia racista de 1976 a 2002, y datos del programa de investigación “Violencia y radicalismo militante en Francia” (Vioramil) para la fase 1986-2016, podemos elaborar un corpus de aproximadamente 32.000 actos delictivos, identificando aquellos cuyo motivo es antisemita o antisemita. -Magrebí, y calcular así cómo repercute este conflicto en la Francia continental. El recuento de la violencia no debería conducir en modo alguno a una competencia entre las víctimas, sino sólo permitirnos comprender mejor el alcance del fenómeno y sus causas.

En 1980, el atentado palestino contra la sinagoga de la calle Copernic (4 muertos y 46 heridos) inauguró un sistema de estímulos que estructuraría la violencia antisemita a partir de ese día. Después de Copérnico se produjeron 44 actos y 144 amenazas; Después del ataque palestino a la calle des Rosiers en 1982 (6 muertos y 22 heridos), se produjeron 19 actos antisemitas y 62 amenazas. Esta fase concierne a la extrema derecha, responsable de 260 de los 270 actos violentos antisemitas de los años 1980. Los estímulos no se limitan al conflicto palestino-israelí: en el proceso del antiguo gestopista Klaus Barbie se aumentó el número de actos de 2 en 1986 a 13 en 1987.

El antisemitismo se ha convertidoconvencional «

Sin embargo, en 1982 se produjo un cambio en el régimen de violencia de extrema derecha: entre 1980 y 1983, sus actos antisemitas disminuyeron un 73%, mientras que sus actos antimagrebíes aumentaron un 225%. Los estímulos están vinculados a controversias sobre la sociedad multicultural: en 1989, la exclusión de su colegio de Creil [Oise] de tres estudiantes con velo satura el espacio mediático. En un mes, de noviembre a diciembre, 27 de las 28 amenazas se dirigen a magrebíes, luego un centro islámico es devastado y un bar argelino atacado. La violencia ya no es sólo una cuestión étnica sino también una cuestión religiosa: El programa Vioramil registra 87 ataques atribuidos a la extrema derecha contra lugares de culto musulmanes, frente a 37 contra lugares judíos; una distribución diferente a la de los ataques contra cementerios, que incluye 31 casos antisemitas, 11 islamófobos y dos casos ambos al mismo tiempo.

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