La minería de Bitcoin en EE. UU. consumió 50 000 millones de kWh de energía en 2022


Ha habido ríos de tinta escritos sobre todos los aspectos de la criptomoneda desde ese fatídico día de la publicación del libro blanco de Bitcoin. Aún así, una pregunta que se destaca repetidamente (y es comprensible) rodea la sostenibilidad energética y ambiental. Ahora, la propia Casa Blanca echa leña al fuego a través de su propuesta de Impuesto DAME, cuyo objetivo es, y citamos: “hacer que los criptomineros paguen los costes que imponen a otros”.

¿Cómo, preguntas? Al introducir gradualmente una sanción fiscal adicional del 30% para las empresas mineras de criptomonedas sobre cualquier energía que consuman en ese proceso. Según la Casa Blanca, este es «un ejemplo del compromiso del presidente para abordar tanto los desafíos nacionales de larga data como los riesgos emergentes, en este caso, los costos económicos y ambientales de las prácticas actuales para la minería de criptoactivos». La idea es simple: la minería de Bitcoin consume mucha energía; este consumo hace subir los precios de la electricidad; lo cual es malo para todos los que tienen la mala suerte de compartir una red con una empresa minera de criptomonedas.



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