El coordinador de dobles de la película, Nick Gillard, habló con Tatooine Times en 2020 sobre cómo la película originalmente era un poco más explícita en lo que respecta a todos los asesinatos de niños. «Fuimos al garaje de Hayden la noche antes de filmar la escena y la hicimos muy violenta», dijo. «Fue horriblemente violento. No puedes verlo, pero [Anakin] apuñala a una niña en la garganta».
Es el tipo de cosa que hace que la aparición de Anakin como un fantasma de la Fuerza al final del «Retorno del Jedi» se sienta un poco menos cálido y confuso. Sí, Vader salva la vida de su hijo y se redime traicionando al Emperador Palpatine, pero aún parecería que tiene mucho más que expiar antes de que su espíritu pueda pasar el rato felizmente con los demás. Es cierto que este momento nunca se sintió completamente ganado de ninguna manera, pero sonaría aún más vacío si «La venganza de los Sith» realmente nos hubiera mostrado a Anakin matando brutalmente a una niña.
Es bueno que, en un raro momento de moderación creativa, Lucas decidiera cortar la escena. Como explicó Gillard: «Fue tan violento que terminaron reduciéndolo a un holograma… Cuando le mostramos a George, dijo: ‘Oh, Dios mío'». La escena del holograma tampoco llegó a la película final.
En términos de los eventos reales que suceden, «La venganza de los Sith» bien puede ser la entrega más oscura de toda la franquicia de «Star Wars». En cuanto a si la película alcanza con éxito ese tono oscuro, eso es un poco más discutible. Es fácil burlarse de la rapidez con la que Anakin se vuelve malvado, pero la película merece algo de crédito por comprender, al menos en esta escena, que la implicación suele ser más aterradora que la realidad.