Credibilidad de ANSES cuestionada por su propio consejo científico


Sin comunicado de prensa, sin rastro en «uno» de su sitio web: el informe fue puesto en línea discretamente, el viernes 10 de marzo, por la Agencia Nacional de Seguridad Alimentaria, Medio Ambiente y Trabajo (Anses). Y por una buena razón, el documento de 139 páginas, que El mundo consultado, se relaciona con el «credibilidad de la experiencia científica» realizado por la agencia, y sus conclusiones no son halagüeñas.

Glifosato, neonicotinoides, fungicidas SDHI: en los últimos años, en varios casos sensibles, los dictámenes emitidos por la autoridad sanitaria han estado en el centro de una acalorada polémica. Tanto es así que el consejo científico de la ANSES -integrado por una treintena de científicos, la mayoría independientes del organismo- consideró necesario designar un grupo de trabajo para analizar la situación y emitir recomendaciones. “Esta situación podría, si no se maneja con cuidado, amenazar la credibilidad de la agencia”advierte el grupo de trabajo, creado en otoño de 2020 y dirigido por Pierre-Benoît Joly, presidente del centro Inrae Occitanie-Toulouse.

La experiencia está en el corazón de “tres grandes tensiones”, señala el informe. El primero se relaciona con “la necesidad de tener en cuenta los conocimientos científicos más avanzados”. “La brecha entre la ciencia y la experiencia es uno de los factores más importantes en la erosión de la credibilidad y la ANSES no siempre logra reducir esta tensión”, escriben los miembros del consejo científico. Segundo voltaje enumerado: «la urgencia de emitir ciertas opiniones»lo que lleva a apartarse de las reglas usuales de la pericia para, en última instancia, hacer “resultados débiles”.

La tercera tensión identificada por los relatores es institucional. Desde 2015, la ANSES se encarga no solo de evaluar los riesgos asociados a determinados productos (plaguicidas, biocidas, medicamentos veterinarios), sino también de regularlos. Regula sus usos, concede o deniega las autorizaciones de comercialización o decreta su retirada. Antes de 2015, la Dirección General de Alimentación del Ministerio de Agricultura era la responsable de esta misión. Para los relatores, esta mezcla de géneros impuesta a la agencia contribuye a «la erosión de su credibilidad».

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Desacuerdos con miembros de la comunidad científica

El Consejo Asesor Científico de la ANSES basó su análisis en tres casos prácticos, todos relacionados con plaguicidas: los insecticidas neonicotinoides «asesino de abejas», el glifosato, el famoso herbicida polémico de Monsanto, y los fungicidas SDHI (inhibidores de la succinato deshidrogenasa). En estas tres situaciones, la brecha entre el marco regulatorio de la experiencia y la realidad del conocimiento científico disponible es una de las principales causas de conflicto. Si, en el caso de los neonicotinoides, el debate se extinguió rápidamente con la anulación, por la justicia administrativa, de las autorizaciones de comercialización emitidas por la agencia para productos a base de sulfoxaflor (un insecticida con el mismo modo de acción que los neonicotinoides), persiste por glifosato y SDHI.

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