El error que todos cometemos al servir vino blanco


Como aperitivo o con una docena de ostras, hay muchas ocasiones para servirse una copa de vino blanco. Pero muy a menudo, nos equivocamos en la forma de servirlo. Para que la degustación sea óptima, se deben seguir algunas reglas.

No basta con descorchar una botella para servir un vino blanco. De hecho, a veces cometemos errores que pueden alterar las cualidades de una botella. Para el director de las Caves de Taillevent de París, Gaëtan Molette, varios detalles son importantes.

Una buena temperatura es fundamental. Servir un vino blanco justo después de abrir una botella no te permitirá disfrutar de toda su complejidad. De hecho, las botellas generalmente se almacenan en el refrigerador donde está alrededor de 5°C. Esto cerrará los aromas. Para aprovecharlo al máximo, sacar el vino y abrirlo al menos 15 minutos antes de la degustación y dejar que suba a 10-12°C.

Del mismo modo, si la botella no está lo suficientemente fría porque la acabas de comprar, puedes meterla en la nevera durante unos veinte minutos.

Sin embargo, hay excepciones, recuerda Gaëtan Molette. Los vinos dulces, que tienen más dulzura, se pueden servir un poco más fríos, es decir, a 8°C, de lo contrario parecerán demasiado ricos en la boca.

Sin embargo, el director de las bodegas Taillevent nos recuerda que hay que saber escuchar los deseos. Si prefieres la sensación de un gran frescor en el primer sorbo, no dudes en servir tu vino muy, muy frío.

El abuso del alcohol es peligroso para la salud, consúmalo con moderación.



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